Un pausa y enseguida volvemos
Bien, como dije más arriba, Venezia es capítulo aparte, por todo lo que contiene, sus colores, sus sorpresas, su paisaje, su precioso carnaval tan elegante y de momentos tan extravagante
Pasamos un par de días allí , arribamos a Santa Lucía (Venezia) justo el día que cerraba el carnaval, con lo cual había mucha movida, muchos eventos, muchas cosas para hacer y nuestro plan de un día terminó siendo un par, no nos quejamos por ello sino todo lo contrario.
Desde que llegamos el despliegue de coloridos y la energía exuberante nos atraparon, seguíamos caminando y paso a paso exclamábamos casi inevitablemente :Uhh Miráaa !! Miráa allá! Aparecían como si brotaran del piso, los trajes y los personajes ambientando la tarde un par de siglos atrás, con sus muecas y sus máscaras maravillosas.
Después de caminar cerca de 2 horas finalmente llegamos a Piazza San Marcos, grande e imponente y para la ocasión con un súper escenario vallado en los alrededores ,ya que se pagaba entrada ,pero como también se podía ver desde afuera nos quedamos chusmeando desde las vallas.( no olviden que acá todo es en euros)
Así, hicimos tiempo además caminando y tomando un café caliente durante la tarde.Debíamos esperar hasta las 12( medianoche) horario en que como costumbre veneziana del cierre del carnaval ,parten góndolas con una vela encendida desde un puerto hasta otro y van pasando por todo los alrededores, mientras una trompeta suena una melodía solemne ,el silencio de la gente y la curiosidad del momento nos hicieron permanecer callados, pero no ajenos al frío así que volvimos rapidito rapidito al hotel para entrar en calor
Al día siguiente conocimos otra Venezia, en lo que canta un gallo habían desarmado un montón de estructuras y la gente parecía que se había esfumado, si bien había mucha gente , nada comparado al día anterior .
Así que fue propicio el día para pasear en las famosas góndolas, que debo decir es muy romántico y lindo ,pero que aconsejo pasear en verano, porque al pasar por debajo del puente de los suspiros (donde la tradición dice que hay que darse un beso con el enamorado)nos castañeteaban los dientes así que perdió un poco de onda, y si a eso le sumamos la previa de regatear la Góndola que es el mejor negocio que encontraron en ésta bella ciudad, termina hasta pareciendo una obligación en lugar de un disfrute el famoso paseo.
No quiero parecer desagradecida contando esto, la verdad es extraordinaria la experiencia de vivir tan particular y hermoso momento, pero solo quiero aclarar que si se viene con muuucha plata y entrado el calorcito ,se disfrutan algunas cosas mejor.
Insisto la plata no hace la felicidad pero te saca unos cuantos dolores de cabeza.
Así que regresamos del paseíto, comimos algo y emprendimos el regreso a Trièste. Compramos los biglietti y al tren se ha dicho !!!! con algunas fotos que subo podrán compartir un poco más.
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