Se disolvía lentamente la inquisidora mirada
Se alienaba con orgullo la maléfica sonrisa
Y su pálida tarde, enrojecía de a poco la ira
A medida que perdía los trazos rojizos aquel día
Lo ganaba sin dimensionarlo la ironía
Como aquel cuchillo cortaría sus días?
Como aquel hervor siniestro desarmaría sus fibras?
No quería entregarse, su vida había sido maravilla
Pero para alimentar su agonía, la sal del solemne cielo
convertía su existencia en sol que ya no brilla
Su destino estaba trazado, sus capas más superfluas
serían arrojadas al basurero de ilusiones vanas y sombrías
y sin desearlo en sus venas latía la desdicha revestida
en pobres arapos singurales de esperanzas atrevidas
Su fin llegó aquel día, cuando menos lo esperaba
y la brisa fría y cruel de la noche, al día arañaba
Su lucha ardua y silenciosa, al cajón ya había puesto tapa
la canción ya se termina, la melodía se escapa,
y finalmente, con el último aliento de guitarras,
fue: puré de papas.
Se alienaba con orgullo la maléfica sonrisa
Y su pálida tarde, enrojecía de a poco la ira
A medida que perdía los trazos rojizos aquel día
Lo ganaba sin dimensionarlo la ironía
Como aquel cuchillo cortaría sus días?
Como aquel hervor siniestro desarmaría sus fibras?
No quería entregarse, su vida había sido maravilla
Pero para alimentar su agonía, la sal del solemne cielo
convertía su existencia en sol que ya no brilla
Su destino estaba trazado, sus capas más superfluas
serían arrojadas al basurero de ilusiones vanas y sombrías
y sin desearlo en sus venas latía la desdicha revestida
en pobres arapos singurales de esperanzas atrevidas
Su fin llegó aquel día, cuando menos lo esperaba
y la brisa fría y cruel de la noche, al día arañaba
Su lucha ardua y silenciosa, al cajón ya había puesto tapa
la canción ya se termina, la melodía se escapa,
y finalmente, con el último aliento de guitarras,
fue: puré de papas.